El sector inmobiliario vive una transformación que va más allá de la digitalización: está migrando hacia un modelo basado en servicios continuos y experiencias personalizadas. El Real Estate as a Service (REaaS), como se le conoce a este nuevo paradigma, redefine la forma en que propietarios, arrendadores e inversionistas ofrecen valor a sus clientes.
En el REaaS, en lugar de limitarse a vender o arrendar propiedades, las inmobiliarias incorporan servicios integrados, plataformas digitales y experiencias de usuario que acompañan al cliente durante todo su ciclo de vida en relación con la propiedad. Bajo este enfoque, no solo mejora la satisfacción, sino que crea oportunidades de ingresos recurrentes y fidelización a largo plazo.
El Real Estate as a Service (REaaS, por sus siglas en inglés) es un modelo de negocio en el que la propiedad no es vista como un activo aislado, sino como una plataforma para ofrecer servicios. Este se inspira en la lógica de la economía de la suscripción y en la transformación de industrias como la automotriz (car sharing), la hotelera (hospitalidad flexible) o la tecnológica (software as a service).
En el REaaS, los espacios físicos se complementan con:
El REaaS ofrece ventajas tanto para los clientes como para las empresas inmobiliarias:
A pesar de que el modelo REaaS es prometedor, su implementación exige superar retos clave. Comencemos por el cambio cultural que trae consigo. Muchas inmobiliarias tienen por costumbre un modelo transaccional y pasar a un enfoque relacional requiere reentrenar equipos y cambiar indicadores de éxito.
Los servicios digitales deben integrarse en una única plataforma que conecte a clientes, administradores y proveedores, para poder superar la integración tecnológica. Esto repercute en la inversión inicial, que puede ser significativa al tener que desarrollar infraestructura tecnológica y humana para operar bajo REaaS.
Y por último, no menos importante, la estandarización de calidad, porque ofrecer un servicio continuo implica mantener estándares altos en todos los puntos de contacto, algo que demanda procesos claros y monitoreo constante.
En Chile y Latinoamérica, este modelo toma fuerza en proyectos inmobiliarios que incluyen servicios de gestión postventa digitalizados, portales de comunicación con residentes y amenities adaptables a demanda.
El potencial de REaaS en la región es alto, sobre todo por la combinación de:
En el futuro cercano, podríamos ver inmobiliarias ofreciendo suscripciones a servicios de mantenimiento, aplicaciones de comunidad, soluciones de movilidad compartida y personalización de espacios como parte del paquete base de una vivienda o edificio.
Conclusión
El Real Estate as a Service es mucho más que un cambio en el modelo de negocio: es una transformación total en la relación de las personas y el espacio que habitan. Las inmobiliarias que abracen este enfoque podrán diferenciarse del resto, creando fuentes de ingresos más estables y, sobre todo, construyendo relaciones duraderas con sus clientes.
En un mundo donde la experiencia es tan importante como el producto, el REaaS ya no es el futuro del sector inmobiliario: es el presente.