En términos simples, una multifamily office puede entregar distintos tipos de servicios, que incluyen asesoría y gestión de inversiones inmobiliarias o alternativas, como private equity, venture capital u otro tipo de negocios en los cuales exista un potencial de expansión para esa determinada familia. Todo lo anterior acompañado con un constante acompañamiento en términos fiscales, lo que viene a resolver de forma eficiente la forma en la cual estos negocios se intersectan desde el punto de vista tributario. En términos estructurales, todas estas áreas pasan a ser administradas por una empresa especialmente dedicada al rubro.
Si ponemos foco en la industria inmobiliaria, el negocio del multifamily no escapa mucho de esta definición estándar. La diferencia surge en la especificidad que se requiere, y que puede llegar a incluir la administración de los distintos puntos de la cadena de las empresas que entregan soluciones habitacionales o comerciales. Aquí será posible encontrar aquellas que sean capaces de diseñar estrategias claras de inversión, detectar mejores oportunidades a la hora de decidir avanzar con un determinado proyecto inmobiliario o crear sinergias que agreguen valor a la gestión general del negocio. En términos específicos, las multifamily del rubro inmobiliario permiten administrar las propiedades, pero hoy, gracias a la tecnología, es posible digitalizar este proceso, potenciando la gestión de renta inmobiliaria con el objetivo de facilitar comercialización y operación de los activos con foco en la experiencia, eficiencia y rentabilidad del negocio.